domingo, 2 de noviembre de 2008

Mi mente anda de viaje hoy


Dejo las elecciones y todo tema un poco serio a un lado, porque sí, porque me da la gana. Hoy no pienso escribir sobre nada, porque no me da la gana, ya lo he dicho. Sólo me apetece escribir lo que va pasando por mi mente que hoy anda de paseo. Escritura automática creo recordar que se llama. Pero qué más da...


Y es que hoy mi mente me la está jugando, hoy está caprichosa. Va de un lado a otro, y lo mismo me emociona que me distrae, me entretiene o me entristece. Hemos ido hoy a una cena de esas a las que hay que ir por trabajo, y ha resultado ser agradable. Era en el Emirates Palace, que uno de los hoteles de súper lujo en Abu Dhabi que mencionaba aquí mismo el otro día. Resulta que habían contratado a distintos artistas para entretener la noche. Nos ha sorprendido a todos porque esperábamos algo aburrido, largo, empalagoso como sólo lo árabe sabe ser. Pero no.




Ha habido un espectáulo de esos de seda tipo el Cirque du Soleil, en el que una pareja hace equilibrios y ejercicios impresionantes sujetos a un trozo de seda! Me ha recordado a mis padres, mucho. Me ha recordado a ellos no porque sean artistas ni equilibristas, sino fueron ellos, como no, quienes me llevaron por primera vez a ver el Cirque du Soleil.


El Circo del Sol siempre me ha gustado, me parece mágico, único, increible. Y me llevaron ellos, como a tantos otros sitios. Papá y mamá, quién sino? Ellos son quienes siempre nos han hecho descubrir cosas, nos han abuerto los ojos, han hecho que nos interesemos por todo un poco. Sin ellos yo no estaría donde estoy, porque no sentiría esta extraña curiosidad por el mundo que me come por dentro cuando estoy en casa. Lo cierto es que ellos despertaron esa curiosidad, o la sembraron. Pero hay más.



Hoy mi mente me ha llevado hasta ellos, por tantas razones, y por ninguna a la vez. Les echo de menos cada vez más, porque cada día que pasa me doy más cuenta de lo importantes que son en mi vida. He estado mirando fotos de nuestro último viaje juntos, a Estambul. Yo estaba en Dubai, ellos en Madrid, y en Estambul nos encontramos todos. Las hermanas, tío ] y tía P, los padres, mi A. Bueno faltaba L, pero porque él ahora tiene que estar a lo que está. Y bueno, queria imprimir alguna foto del viaje, y me he encontrado con dos fotos, tomadas con dos cámaras distintas, pero del mismo momento, desde distinto ángulo. Papá y mamá sentados en un murito al borde del Bósforo. Papá le da un beso en la nariz a mamá y ella se ve tan feliz y él tan lleno de amor. Me han dado ganas de llorar, me ha emocionado, me ha gustado ver la misma foto desde dos ángulos. Desde uno se ve la felicidad de ella, desde el otro el amor de él. Y es que así es la vida, distinta según el cristal a través del que la miramos.


Y como el día ha sido así de tonto y tenía la mente de paseo, he recordado mucho más que ese viaje. El espectáculo de la cena, del que hablaba antes, ha terminado con fuegos artificiales, y estos me han llevado de vuelta a mi infancia y mi adolescencia. A las fiestas del abuelo en Sela. A los mejores recuerdos de aquellos años, que siempre fueron felices, con sus más y sus menos, sí, pero muy felices.



Y he visto al abuelo feliz, riendo. Con una camisa color crudo de seda, los botones de arriba desabrochados y el calabrote colgando. Pantalón gris marengo finito, tal vez también de seda –nunca se me ha dado bien esto de los tejidos, no como a mamá-, caen perfectos. Igual que la camisa, que seguramente sea hecha a medida porque le va como un guante. Está perfectamente planchada. Un cinturón negro, hasta eso lo he visto claro, con ebilla dorada. El abuelo ríe mientras charla con los gaiteros que animan la Romería, su romería, su fiesta, la nuestra, porque la hacía por y para nosotros. En la mano tiene uno de sus bastones, no veo cual, porque la empuñadura está cubierta por su puño. Su pelo está perfectamente peinado, hacia atrás, sin gomina. Se sujeta solo. Su pelo. El que hemos heredado las hermanas. El que me gustaba acariciar mientras charlábamos en aquellos sus últimos y más amargos años. Cuando él me decía que no lo hiciese, que se lo despeinaba, coqueto hasta el último día.



Ese último día que yo no vi, de hecho no vi ninguno de los últimos. Y mucho tiempo he vivido con la pena y el peso y la culpa y la amagura de habérmelos perdido, pero también con la tranquilidad de saber que porque me los perdí, para mi él sigue ahí. Sigue en su salón, casi puedo verle en el de Rodríguez Marín, pero sé que está en el del 1º A o el del 1º B, según la hora, pero siempre calentito, con una manta suavecita y dos gatos trepando por los sofás. Me dice con orgullo tengo tu foto de la graduación encima de mi cama, no sé quien la colgó, pero ahí está, y me gsuta mirarla. Y a mi me gusta mirarle a él. Tan guapo como siempre fue, tan único, tan importante en mi vida. Cierro los ojos y le veo.



Cierro los ojos y mi mente, viajera hoy, llega hasta él, que sonríe y me guiña, coqueto, un ojo.

4 comentarios:

Tiago dijo...

Congratulations for this post. It reminded me of dear and near persons in a whay that was out of this world .

Anónimo dijo...

Qué cabrona, ahora la que llora soy yo. Cuando vayas a escribir cosas así avisa hombre, que yo ahora tengo que ponerme a trabajar!
xoxo

la elfa dijo...

Tiago! the first Portuguese person around here... hopefully you will come back to read me again... I dont usually right such personal and emotional things, i promise! thanks for your nice comment!

Soph mi twin, que voy a decirte? es un post para recordar, y si las lagrimas salen... pues que salgan. Pero este post no es lo que el abuelo se merece, ya vendra uno mejor! este era para mi...

Beijos a los dos =)

la elfa dijo...

Actually Tiago i just realized youa re the second Portuguese... forgot one dear friend that lives in Madrid.... !!! But you are the first Portuguese guy :)