martes, 7 de diciembre de 2010

Petra, la ciudad perdida



La entrada a Petra ha subido de precio hace poco y son ahora casi 60 euros, una pasta la verdad. Sin embargo, vale la pena cada euro. Han decidido también incluir en la entrada la opción de montar a caballo hasta la entrada del siq, unos 500m.




El siq, para que nos entendamos, es un desfiladero de 1.200 metros de largo que hace de antesala a la ciudad perdida de Petra. Parece como si hubiese sido el efecto del agua y del tiempo el que ha creado semejante maravilla, pero es en realidad el resultado de movimientos tectónicos. 





Yo de Petra sabía poco, y aunque seguro que en su momento vi la peli de Indiana Jones, no recordaba casi nada más que el desfiladero, que he visto en miles de fotos. No obstante, me ha impresionado como si jamás antes lo hubiese visto.




El siq es una obra maestra de la naturaleza. Durante 1,2 km vas descubriendo paisajes únicos. El siq varía constantemente de tamaño tanto en su altura (llega en algunas zonas a sobre pasar los 200 m de alto) como en su anchura (de 15m a 2m) y los colores de la roca son tan diversos como la paleta de un pintor. Del rosa al ocre, pasando por tonos azulados o el mismísimo negro.




Las formas de la roca también cambian; hay contornos redondos, otros afilados, paredes lisas y a veces rugosas. Apetece tocar la piedra constantemente, porque es difícil entender sólo con la vista este espectáculo. Ojalá las fotos hiciesen justicia a lo que sólo puede apreciarse por completo en persona.




Y cuando ya estás totalmente maravillado e inmerso en el siq este se hace extremadamente estrecho, algo menos de 2 metros separan una pared del desfiladero de la otra, y cuando parece que por fin van a unirse te encuentras con una sorpresa fascinante, empiezas a descubrir en tonos dorados la fachada del Tesoro (Kah zneh).





Parece que se te corta la respiración por un segundo y no sabes ya si lo que hay ante ti es un espejismo efecto del calor y de la caminata o si es real. Es una fachada enorme, inmensa, espectacular, excavada en la roca. Era la tesorería del faraón.




Los nabateos construyeron esta ciudad varios siglos aC y permanecen alucinantes construcciones como esta, tumbas, edificios funerarios, pero no hay casas. Es más, durante mucho tiempo se dio por hecho que Petra había sido una necrópolis (hay más tumbas que cualquiera otra cosa). La razón por la que no hay restos de casas es que los nabateos vivían en jaimas, igual que lo siguen haciendo a día de hoy los beduinos. La zona era muy propensa a los terremotos y por eso era más fácil y práctico vivir en jaimas. Por la misma razón los nabateos optaron por tallar las fachadas de los edificios principales en la roca y luego excavaban el interior, resultaba más sencillo y duradero.






El Tesoro es uno de los edificios más famosos, además de ser el que más gente fotografía, por su fácil acceso junto a la entrada de la ciudad perdida. Aunque parezca mentira, Petra tiene una extensión de más de 260 kilómetros cuadrados, y desde el año 1189 hasta principios del siglo XIX permaneció completamente olvidada y oculta exceptuando los beduinos que en ella vivían y que por razones evidentes no querían compartir esta su joya.

Sólo el siq y el Tesoro me tenían ya loquita, impresionada, anonadada. Lo que no sabía es que el recorrido no hacía más que empezar. Según caminas por lo que fue la calzada principal de Petra, en su día paso obligatorio para caravanas de comerciantes, llegas al teatro que está mal conservado pero sigue transmitiendo la majestuosidad de sus mejores tiempos. Muchos creen que lo construyeron los romanos, pero fueron en realidad los nabateos hace más de 2.000 años. En un principio las gradas acogían a unas 3.000 personas, y ya en el siglo I los romanos lo renovaron y ampliaron para que cupiesen 8.500 personas, ¡la tercera parte de la población de Petra!



Poco después llegan las Tumbas Reales, que están también talladas en la roca. Hay que reconocer que las tumbas en si no son nada más que enormes salas –eso sí, cuesta entender cómo fueron excavadas en la roca con tanta precisión-, pero sus fachadas, como la del Tesoro, son alucinantes. Además muchas de ellas están en altura así que las vistas son una pasada.





No voy a desvelar aquí todos los secretos de Petra, prefiero que os queden ganas de saber más y de descubrirlo. Pero os cuento un par de cosillas más, las excavaciones del Gran Templo empezaron hace poco más de 15 años pero los resultados están siendo fascinantes. Entre otras cosas se han encontrado numerosos capiteles de columnas en forma de elefante. Creo que nunca antes había visto algo semejante, puede que sean únicos en el mundo, y más en esta zona.



A continuación está el Monasterio y su grandiosidad es comparable a la del Tesoro. La dificultad para llegar hasta el Monasterio es tal que se ha convertido en la joya de Petra. Unos 900 peldaños excavados en la roca de la montaña separan al turista conformista del explorador. Los primeros terminan su visita al comienzo de la subida, y dan marcha atrás. Los otros, con la poca energía que queda después de caminar unos 15 kilómetros (casi todo el camino cubierto en arena del desierto, que llega a veces hasta el tobillo), se disponen a trepar esos 900 peldaños.





El camino en si es mágico, las vistas sobrecogedoras. Son unos 50 minutos si lo haces a pie, los hay que montan un pobre burro para evitar la fatiga. 





Y cuando por fin llegas a lo alto de la montaña, majestuoso, encuentras el Monasterio.





Para los que aún tienen aliento, hay dos miradores a un kilómetro de aquí, uno de ellos promete tener vistas al fin del mundo, que en realidad es Israel y Palestina (o eso prometen). No es el fin del mundo, pero si una espectacular panorámica de enormes montañas rocosas y valles.




 


Y ahora toca dar la vuelta y deshacer el camino ya hecho, como si hubiese que borrar nuestras propias huellas de la arena del desierto.


*Todas las fotos tomadas por la elfa

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente relato del viaje y excelentes fotos. Con ambos, creo que ya puedo darlo por visitados.

Besos

Ger