domingo, 1 de febrero de 2009

Manos que van y vienen

Sus manos recorren mi cuerpo con el mismo cuidado, tacto y dedicación que lo hacían hace unos años. Mientras ella se concentra en buscar nudos y contracturas, yo pienso en sus manos. Pienso en ellas y en todas aquellas que veo a diario aquí. Manos que van y vienen, que todo lo tocan. La mayoría son pequeñas, uñas cortas, piel oscura. A lo largo del día veo cientos de ellas. Manos que van y vienen. Casi todas mueven rápida y ágilmente su pulgar para escribir mensajes de texto. Otras trabajan sin descanso en tareas que me parecen cuanto menos inútiles, como las de ese señor mayor que cada mañana arreglan sin descanso sus periódicos tirados en la acera, o quienes ordenan sus sellos de caucho por tamaño y color aunque no los mire nadie. Manos que van y vienen. Algunas me desconciertan, como en el ascensor de la oficina donde cada vez que lo uso, sin execpción, veo a hombres y mujeres urgando su nariz, sacándose espinillas o quitándose caspa del pelo. Me desconcierta, me irrta, me descoloca. En los semáforos tocan mi ventana sin cesar, unas simplemente piden limosna, otras venden desde cigarrillos a estropajos, pasando por cacahuetes y empanadas, pero absolutamente todas tocan mi ventana de forma insistente, como si por eso les fuese a hacer más caso. Manos que van y vienen. Otras son impacientes y sus dedos galopan sobre las mesa o sobre los espejos del ascensor de antes, o contra las ventanas de los bares, ansiosas. Unas fuman, otras dirigen el tráfico, algunas rebuscan entre la basura. Pero las manos que ahora me tocan son bellas, sabias y fuertes y recorren mi cuerpo como si lo hubiesen hecho todos los días de mi vida. Sus manos son únicas y las reconocería en la oscuridad si me tocasen un sólo segundo. Sus manos no las cambiaría por otras.



3 comentarios:

Nayra dijo...

Hace años, en la uni, nos mandaron a leer un libro que recopilaba columnas de Millás. Había una, la que más me impactó, que se llamaba Manos, la recuerdas? Era preciosa, son tan importantes, las manos... La tuya siempre lleva ese anillo marrón que hace poco me preguntaste si deberías quitarte. Espero que aún lo lleves.

la elfa dijo...

Linda, te conteste en tu blog y me olvide de hacerlo aqui!
No me acuerto del texto de Millas, pero ya decidimos hacer tiempo que en el equipo que formamos como amigas, de la memoria de encargas tu.... jeje A ver si encontramos esa columna, me encantaria releerla.
El anillo, fijate que yo lo veo burdeos, con lo que odio el marron... quita quita. Y si, lo sigo llevando. Me lo compro Leti hara 14 anos en Ventimiglia, aunque seguro que ya te lo he contado y no me acuerdo...
Sigue escribiendo, que se te echa de menos.

Anónimo dijo...

Azul, azul..!! Mi color preferido es el azul celeste. Como el príncipe... No puedo olvidar el vestidito azul tan lindo que tenía hace apenas unos meses y que en la fiesta de fin de año me estropearon. Cuanto me gustaba!!!


Yo soy bea