domingo, 8 de enero de 2012

Perdida y encontrada

Borracha en jetlag tras viajar de un lado del Atlántico al otro y de una costa de Eeuu a la otra, y vuelta a cruzar Eeuu y el Atlántico para pasar Noche Vieja en España, sintiéndome precisamente como una vieja, todo esto en sólo 10 días, me toca ponerme a currar, y viajar de nuevo a ese país que une Oriente con Occidente, Europa con Asia. 

Las Navidades han pasado volando, en este caso nunca mejor dicho, y tras 10 días siguiendo el ritmo del cuerpo sin que día/noche o sol/luna marcasen mis horarios, me ha tocado levantarme a las 7 de la mañana, 6 en España, las 21h en San Francisco.

Debe de ser normal sentirme perdida tanto en el tiempo como en el espacio. Mi cuerpo empieza a no responder a los comandos de mi cerebro, o a lo mejor es que la resaca empieza a afectar a este y ya no sabe dar órdenes.

Al llegar al hotel en el “Cuerno de oro” en Estambul era de noche, por la mañana hay una niebla tan intensa que parece que el tiempo también se ha aliado en mi contra. No veo absolutamente nada por la ventana, como si no estuviese lo suficientemente perdida de por sí.

De camino a la oficina en taxi me encuentro con un atasco monumental, de los que Estambul te regala cuando menos lo esperas y menos te conviene. Y entonces, de pronto, como por arte de magia, el taxista enciende la radio y suena Jack Johnson.  Y entonces, de pronto, como por arte de magia, me encuentro a mí misma, me siento bien y feliz, rejuvenecida. No conozco la canción que suena pero me hago con la melodía rápidamente y en un minuto ya estoy tarareando. Si la canción hubiese sido “better together” o “banana pancakes” no me habrías creído, así que es mejor así. 

  

1 comentario:

Frito, Huevo Frito dijo...

El otro día me tocó ir a trabajar en autobús (lo que conlleva levantarme bastante antes de lo habitual)justo la mañana siguiente a haber salido a tomar algo con mis compañeros de trabajo. Madrugo y salgo con una sonrisa en la cara y con la radio puesta en el móvil. Al subirme al bus ya ni oigo la radio porque el conductor lleva la música, bacalao!, a tope de volumen! Era muy pronto por la mañana y yo tenía algo parecido a una ligera resaca. Cuando creía que ya no podía más, mareada y a punto de vomitar, milagrosamente, la misma emisora de radio emitió "Don't worry, be happy" y, milagrosamente también, se me pasó el mareo y llegué a la oficina tarareando dicha canción!!

Brindo porque la música siga salvándoos de situaciones insalvables!