jueves, 26 de marzo de 2009

El sueño americano, a tu manera

Tenía 7 años cuando un día al volver del colegio se encontró con su casa vacía, sólo quedaban dos colchones tirados en el suelo y unas maletas que nunca había visto antes porque ellos no podían permitirse viajar, y que parecían muy nuevas aunque ya estaban llenas.


Su madre andaba como loca de un lado a otro, muy alegre, y tardó en darse cuenta del asombro con que su hijo le miraba. De prisa, en dos zancadas, pasó de estar frente a la ventana a abrazarle diciendo “¡América! ¡Nos vamos a América!”.




“¿América?” pensó él. Sabía que estaba muy lejos, que cuando allá era de noche acá era de día, y que sus vecinos también se habían ido a América pero años antes, cuando él era un crío. Sabía que quienes van no vuelven, porque sus vecinos nunca volvieron, y porque su madre siempre le hablaba de ese gran país y del sueño americano.


Aunque todavía era pequeño, entendía bastante bien la situación, y no le hacía demasiada ilusión marcharse sin más, no volver a ver a sus amigos, a su abuela, ¿qué seria de su perro? Pero él era un niño listo y bueno, nunca se quejó.


Era tranquilo, de movimientos lentos e ideas rápidas. Alto para su edad y su raza, con manos grandes y dedos largos y esbeltos. Pasaron los años y él nunca se quejó, pero en cuanto pudo hizo sus maletas y se largó.


Se quedó un tiempo en Hawai, porque tantas veces le habían dicho que aquello estaba entre acá y allá, y aunque en realidad era allá se parecía más a acá. Le gustó, pero seguía teniendo una cuenta pendiente al otro lado del planeta. Así que volvió a hacer las maletas y tranquilamente regresó al que en su infancia fue su hogar. Nada era lo mismo porque todo había cambiado, aunque de alguna manera seguía siendo el lugar que tanto había echado de menos.


En América su madre estaba escandalizada. Le horrorizaba la idea de confesar en su grupo social que su hijo había vueto a aquel lugar del que ella había logrado salir tras un enorme esfuerzo.


Pero él era listo y bueno, de movimientos lentos e ideas rápidas. Alto para su raza, con manos grandes y dedos largos y esbeltos.


Un desconocido le ofreció trabajar para él en la empresa que acababa de crear. Así se convirtió en el primer empleado de una empresa nueva que apostaba por un innovador negocio en un país desconocido, incluso para él. Su madre se seguía lamentando, pero ya sabemos que él era listo. Años después se ha convertido en el mayor socio de su empresa, y es el Presidente de un negocio que crece a pasos de gigante aún hoy en pleno infierno económico.


Y su madre, su madre llora cada vez que le ve y le ruega que vuelva a América, aquel gran país, porque ella nunca se dará cuenta de que él ya es el mismísimo sueño americano.


Y es que nuestros sueños no son los de los demás, ni nuestra felicidad debe medirse por los estándares de otros. Unos siguen el camino que les han marcado sin quejarse porque aunque no son felices, tampoco son infelices; otros se desvían y se quejan sin cesar así que siempre andan entre la felicidad y la culpa; mientras, los más listos se limitan a seguir su propio camino y disfrutarlo.



10 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin conocernos de nada, me has quitado la idea para un post que estaba escribiendo. Lo iba a titular el hombre inacabado.
Me ha gustado mucho; es verdad que la elfa mola. Un saludo.

la elfa dijo...

Jaja, muchas gracias!
Por favor, acaba El hombre inacabado, me encantaria leerlo =) Lo haras? Este finde me paso por tu blog sin falta. Ahi nos vemos!

Anónimo dijo...

Bueno, claro que lo voy a acabar si me dices eso, aunque voy a cambiar algo el guión.
Además, he de escribir o Nayra me colgará de una palmera de su isla. Pasa cuando quieras por el blog, yo encantado.

Anónimo dijo...
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Nayra dijo...

La cosa va de plagios, eh? Mejor llamémoslo retroalimentación.
Cómo mola esta mini-comunidad de blogs que hemos creado.
Os mando besos. Más pa ti, mi H, que me has alegrado el finde.

Losbutilio dijo...

Moláis la elfa y tú ;)

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

porque los anonimos no dejan ya de fastidiar? seguro que es alguien de mi clase, y seguro que entran desde el blog de nuestro super profe o del blog de alumnos

Losbutilio dijo...

Hola Helena. Oye, aprovecho el comentario para preguntarte qué tal, porque me acabo de enterar que la semana pasada pasó algo gordo en ese país, ¿no? LLego con retraso, pero he estado disperso de las noticias del mundo. Un abrazo Elfa.

Frito, Huevo Frito dijo...

Elfa, sé que con tanto curro y visitas no tienes mucho tiempo pero... SE TE ECHA DE MENOS! Escríbenos unas líneas anda ;-)