viernes, 11 de diciembre de 2009

ERE en el Portal



No soy yo muy Navideña así que no esperéis encontrar aquí un post escrito por mi sobre el tema. Sin embargo, en uno de los blogs que sigo con asiduidad he leído un texto tan bueno y tan irónico que siento el deber moral de compartirlo con vosotros. Si os gusta os recomiendo que paséis por el blog de Dosabrazos a diario este mes, ya que su autor ha montado un calendario de adviento digital, que consiste en cada día de diciembre abrir una ventanita y encontrar un post nuevo, hasta Nochebuena. Su esfuerzo y empeño merecen un aplauso.

¡Disfrutadlo!

Día 10: ERE en el portal:
Estos días estoy dando en la universidad el tema de las reducciones de plantilla, imposible hablar de un tema de más actualidad con los tiempos que corren. Además ayer un buen cliente que trabaja en una multinacional en proceso de fusión me comentaba lo interesante, desde el punto de vista del aprendizaje, que era ver como los consultores de una prestigiosa consultora estratégica, decidían cuántos despidos debían hacerse y de qué manera, para poder hacer la empresa rentable tras la fusión.

Mañana quiero empezar a poner el belén (o los belenes) en mi casa, y, como estoy en crisis, antes de hacerlo he decidido llamar a uno de estos consultores para que me asesore sobre como rentabilizar al maximo el tradicional nacimiento. El resultado ha sido sorprendente, y por eso os lo quiero comentar. Las decisiones que voy a tomar son las siguientes:



Pastores. Para nadie es un secreto que en todos los belenes hay más pastores que ovejas, parece absurdo, pero siempre ha sido así. Por supuesto me veo obligado a deshacerme de todos, menos uno. Instalaremos pastores eléctricos (cercas electrificadas) con el fin de controlar a las ovejas, y, una vez instalado, se plantea la posibilidad de sustituir, en breve, al pastor por un perro con experiencia.

Personajes gremiales. Es sorprendente la cantidad de artesanos que puede haber en un belén: el herrero, el panadero, el de la leña, el carpintero (haciendo una desleal competencia a San José que se ha cogido baja paternal), el tendero,... y sin embargo es, también, sorprendente ver los pocos clientes que hay. La decisión que hemos tomado es despedir a todos los artesanos, es duro, pero no ha quedado otro remedio. En su lugar hemos contratado a un chino, que en un pequeño comercio fabricará y venderá todos los objetos que vendían los artesanos. (Si el chino decide subcontratar 15 menores para sacar el trabajo es un tema en el que no nos debemos meter).

Posadero. El chino se hará cargo también de la posada. Además, últimamente habían llegado quejas de atención al cliente por parte de José y María. La posada podría funcionar con el sistema de cama caliente.

Lavanderas. Que manía tienen en los belenes con lavar la ropa, con lo fría que debe estar el agua, con tanta nieve. Se suprimen los trabajos de lavanderas, que además eran ocupados siempre por mujeres. Cada uno se lavará su ropa en los ratos libres, potenciando así la equiparación de sexos en cuestión de tareas domésticas.

Ángel anunciador. Suprimidos casi todos los pastores, no tiene sentido la figura de un ángel anunciador. Se sustituye por un anuncio luminoso, en donde además podremos anunciar las ofertas del chino.

Castillo de Herodes. A Herodes le mantengo en su puesto, no es que haga mucho, pero manda, y no es cuestión de ponerse a despedir directivos. Soldados, me quedo con dos por razones de seguridad, (que bastante calentita está la zona) pero los externalizo. Los contrataré por medio de Prosegur Castillos, para que me presten servicio como guardas de seguridad. Ahorro en costes fijos y gano en flexibilidad.

Paseantes varios. Es sorprendente ver la cantidad de personajes que abundan en un belén sin hacer nada, absolutamente nada. Todos despedidos. Esto lo teníamos que haber hecho hace tiempo.

Paseantes con obsequios. He observado que otro grupo de paseantes, algo menos ociosos, pero no mucho más productivos, se dirige hacia el portal con la más variada cantidad de objetos. Uno con una gallina, otro con una oveja, otro con una cesta, otro con un atillo (¿qué llevará el misterioso personaje del atillo?),...

Puesto que todos tienen el mismo destino, organizaremos un servicio de logística, para rentabilizar el proceso. Despediremos a todos los paseantes, uno de ellos se quedará con nosotros por medio de ett, y con ayuda de un animal de carga recogerá las viandas cada tres días y las acercará al portal.

Reyes Magos. Por supuesto con un solo rey es más que suficiente, para llevar el oro, el incienso y la mirra. Eliminamos dos reyes, dos camellos y los pajes. Posiblemente nos quedemos con el rey negro para no ser acusados de racistas, además es posible que quiera trabajar sin que le demos de alta. Tengo que estudiar, también, la posibilidad de dejar tan solo el incienso y vender el oro y la mirra a otra compañía, ya que debemos de reducir al máximo la inversión en regalos de empresa.

Mula y Buey. La única función de estos animales es dar calor. Esta función será desempeñada por una hoguera, que gasta menos combustible. Realizaremos un assessment center con los dos animales, y el que lo superé trabajará como animal de carga en el servicio de logística antes citado.

San José y la Virgen María. Está más que demostrado que el trabajo que hacen ambos en el portal puede ser desempeñado por una sola persona, y evitamos dos bajas de maternidad/paternidad. Por razones de paridad nos quedamos con la Virgen María y, lamentablemente, tenemos que despedir a San José (con lo que había tragado el hombre en esta empresa).

El niño Jesús. A pesar de su juventud tiene mucho potencia, y además parece ser que su padre es un pez gordo. Le mantenemos como becario con un sueldo de mierda, hasta que demuestre su valía.

El Belén queda pues de la siguiente forma: Un pastor, con ovejas en un cercado, un chino con un comercio/posada de 24 horas, Herodes y dos guardas subcontratados, un paseante,por ett, con la mula (o el buey) haciendo repartos, el rey negro (ilegal), la virgen y el niño.


Va a ser mas soso que otros años, pero me he ahorrado una pasta…
 
   

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jueves, 10 de diciembre de 2009

Mi abuelo honorifico

Tenía un buen post en mente el otro día, sobre lo irónica que es la vida y esas cosas. Pensaba compartir con vosotros que el abuelo de Mr. A me ha contado mil historias de la II Guerra Mundial, en la que él luchó. Estuvo en el D Day, el desembarco de Normandía, del que se han cumplido 65 años hace unos meses. Y la ironía era que de mis abuelos, todos europeos, ninguno luchó en la II Guerra Mundial, y él, americano, sí lo hizo.

Mi abuelo paterno salia de la guerra civil y por supuesto no estaban las cosas como para irse a luchar en otra, no obstante siempre nos contaba historias de la Guerra que sí vivió en primera persona. Mi abuelo materno vivía en Orán, entonces colonia francesa, y eran pocos los que teniendo familia y dinero se decidían a ir al viejo continente a defender intereses que les quedaban algo lejos. Sin embargo él también vivió otra guerra, la de Independencia de Argelia, de la cual nunca se hablaba en casa, como si nunca hubiese tenido lugar.

Por último estaba mi abuelo honorifico, como nos gustaba llamarle. Él era demasiado joven para luchar cuando llegaron las guerras, la civil y la II Mundial, aunque en la postguerra sé que viajaba a Portugal a veces y traía café y clavos de contrabando para la familia.

Como decía, lo irónico de todo esto es que el abuelo de Mr. A sí luchó en la II Guerra Mundial y aunque al parecer antes no le gustaba hablar de ella, conmigo ha compartido muchos recuerdos, incluso fotos y cartas, pero eso queda para otro post porque este ya no va sobre abuelos y guerras, sino sobre mi abuelo honorífico






He tardado más de una semana en reunir el valor suficiente para escribir al respecto, pero no sé si estoy preparada. Sé que la gente se hace mayor y llega un punto en el que nos dejan. Sé que él tuvo una vida no muy fácil, pero supo sacar provecho de ella, tuvo una familia casi perfecta, 2 hijos 2 hijas 6 carreras, tres nietos, un perro llamado Doc. Tal vez su casa no fuese una mansion, pero era una de esas en las que uno se siente como en casa, a gusto, querido.

Pasábamos todos los fines de semana juntos como ya contaba aquí hace unos meses, paseábamos, recogíamos piñas, jugábamos, nos leía libros y nos daba chocolate a escondidas. Pero el otro día de pronto empezo a sentirse mal y unas horas después, con una hija a un lado y un hijo al otro, se fue. La tristeza me llena de arriba a abajo, hasta tal punto que a ratos la siento escaparse por mis ojos, por las orejas, por los poros de mi piel. Tenía pensado ir a visitarle antes de mi viaje pero decidí dejarlo para la vuelta. Demasiado tarde, no he llegado a tiempo para volver a verle. Por un lado sé que debo sentirme en paz porque no ha sufrido, ha sido rápido, y pasaba ya los 80. Por otro, ¿acaso no podía haberse quedado aquí para siempre?

Como despedida comparto algunos recuerdos.

Él era nuestro abuelo honorífico, nosotras le adoptamos como tal, y él no hizo más que aceptar con gran alegría la responsabilidad que aquello suponía: darnos amor y cariño, convertirnos en mejores personas, entretenernos los fines de semana y, de vez en cuando, levantar algún que otro castigo impuesto por papá.

Nuestro Papie, el de Francia, murió cuando éramos muy pequeñas, y uno de sus mejores legados fue sin duda la casa de Cercedilla. Allí, precisamente, tomó el relevo él. Nos llevaba a pasear por los prados, a dar de comer a los caballos, y decirle piropos a aquel burrito que vivía solo en una parcela abandonada.

Con él aprendimos la bondad y la generosidad. Nos enseñó a ser buenas y a querer a todos sin discriminacón, ya fuese a los bonitos caballos, o a los burros solitarios.

Con él también aprendimos a amar y respetar la naturaleza, y cuando el tiempo lo permitía nos llevaba a limpiar el río.

Parecéis sorprendidos... vosotros a caso no limpiabais el río de niños? Claro, es que vosotros no tenías un abuelo tan chuli como el nuestro. Con él todo era divertido, desde las limpiezas de río a los martirios chinos. Parecéis sorprendidos de nuevo... de verdad no sabéis qué es un martirio chino? Si él estuviese aquí os lo enseñábamos en un segundo… los martirios chinos eran sesiones de cosquillas que no acababan hasta que llorases de la risa. Él era un maestro.

Pero lo que de verdad le hacía especial, único, es que se hacía querer por todos. Niños y adultos. Y eso sólo lo consigue quien tiene el alma pura, como Fernando.

En definitiva, y en palabras de mis hermanas, él nos enseñó a ser ecologistas, ¡con lo de moda que está hoy!; a tener ilusión, aunque fuese la ilusión de encontrar una moneda debajo de una piedra, que él había colocado antes; a compratir -¡las onzas de chocolate que le robábamos con su permiso a Maru de la despensa!; a cuidarde nuestra relación de pareja día a día, como siempre han hecho Maru y él: con paciencia, compresión y diálogo.

Pero sobre todo nos enseñó a ser buenas y generosas, a ayudar por el mero hecho de sentir la alegría del otro, a querer a los demás y a perdonar.

Él es, cada dia, mi ejemplo a seguir.


** Aprovecho para mandar un beso fuerte a todos aquellos que habéis perdido a alguien querido este año, que afortunadamente ya acaba **


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